sábado, 7 de marzo de 2009

La pesca


Hoy hace un día precioso, ya lo dice el refrán que después de la tempestad viene la calma. El mar algo movido pero el sol y ese cielo azul y limpido se agradece. Tenía ganas de calentar mis viejo huesos al sol y la única esperanza que tenía era de poder hacerlo a partir del lunes, y por unos cuantos días, en mi estancia en Luxor...pero se ha adelantado un poco, pero nada de sonar campanas que al parecer el invierno aun nos tiene reservada sorpresita.


Pero a lo que iba; tengo unos vecinos que les encanta la pesca, a mi marido también pero carecemos del tiempo necesario para dedicarnos a ella, y hoy nos hemos enfrascado en una conversación sobre el tipo de cebos, y como siempre mi mente se ha ido de un tema a otro y me he dado cuenta lo fácil que resulta pescar si sabemos dar con el cebo adecuado. Pero ¿qué es lo que realmente gusta de comer un pez?, ese es el quid de la cuestión, lo mas dificil encontrar o llegar a saber y conocer los gustos gastronómicos de las distintas especies que con sumo gusto degustaríamos nosotros en nuestra mesa. Y no solo encontrar el cebo adecuado, hace falta, también, que en el momento adecuado en que le ofrezcamos al pez, que creemos que anda por ahí cerca, el bocado por el cual él o ella se delecta, este (la victima de nuestra voracidad) tenga hambre...porque si está inapetente ... nada de nada no pica aunque le pongamos los mas exquisitos manjares que le puedan gustar a un pez; desde esos gusanos que llamamos coreanos, que mira que son repelentes y feos, hasta las almejas que podemos ofrecer a las voraces y cada día mas raras doradas. Digo raras por las piezas salvajes, esas grandes y poderosas, bien musculadas y que viven libres no por las pobres doradas de ración que vemos en los mercados y que salen de esas piscifactorias que pululan por nuestras costas.

Resumiendo: para una buena y fructífera pesca es indispensable un buen cebo. Cebo que puesto en el momento oportuno hará que nuestro " pescadito" pique con ganas. Vamos que la pesca es como la vida misma, solo hace falta saber que es lo que gusta, ponerlo de forma adecuada, en el momento adecuado...y a esperar que "piquen"...

domingo, 1 de marzo de 2009

Falansterio


Lo confieso esta tarde se me ha ido un poco la olla. Tenía por ahí un antiguo libro en francés y lo he releído por encima : Los cuatro elementos, de Charles Fourier.
Es probable que muy poca gente sepa de quien se trata, los que lo sepan mi mas cordial felicitación, solo apuntaré que fue un visionario teoricista con ideas revolucionarias un tanto peculiares. Nacido en Besancon por el año 1772, en el 1793 presentó sus ideas "revolucionarias " al Directorio, este se burló de dichas ideas...pero el hombre se emperró en ellas y escribió varios libros sobre sus teorías.

Nos describe el bueno de Charles una sociedad ideal, una nueva forma de vivir, un cambio utópico e irrealizable pero no exento de cierto atractivo. Propugna en su obra "El nuevo mundo industrial y social" que se deben de acabar con las ciudades, pueblos y demás comunidades humanas en las cuales la familia y la unidad familiar como base social y de autoridad de base y se deben de sustituir por comunidades de 1600 a 1800 individuos, que vivirán todos juntos y en armonía. para llegar a ese tipo de comunidad, que se llamará Falange, se hará una selección previa en la cual habrá unos porcentajes muy estrictos de las distintas clases sociales, que deberán de aportar, según su rango social, una determinada "dote". Una vez lograda esa compleja y extraña comunidad, se procederá a habitar el "Falansterio" un palacio fabuloso que tiene unas normas arquitectónicas muy rígidas y muy cuidadas, desde los pisos, de tres a cinco, hasta los comedores, cocinas, establos y dormitorios. Por ejemplo en el primer piso, donde se ubican zonas comunes de paseo, biblioteca, bailes, habrán fuentes de agua que en verano refresquen el lugar y chimeneas que en invierno lo caldeen. En el centro de dicho Falansterio, estará la llamada torre del orden, allí se ubicará un observatorio, un carillón, un telégrafo y una torre de vigilancia. Talleres y lugares ruidosos estarán alejados de las zonas de descanso. En un ala del Falansterio se ubicará un lugar para los extranjeros que quieran pasar allí unos días. El lema de la Falange: Capital, Trabajo y Talento.

Y de qué vivirían esas comunidades, pues básicamente de la agricultura, que sería un nexo de unión entre todos los integrantes de ella ya que el trabajo debería de ser comunal, independientemente de las aptitudes de cada cual o su aporte económico.

Una anécdota, nuestro hombre dice que hay que crear una nueva raza de animales, un cruce de perros y leones, que debidamente adiestrados servirían como monturas y como vigilantes...toda una proeza.

Hubo algunos personajes que imbuidos de estas ideas del francés, se atrevieron a llevar a la practica, en el Nuevo Mundo, evidentemente fracasaron.

Pensar que el ser humano es básicamente bueno y que con una simple normativa puede en pocas generaciones cambiar el curso de la sociedad, y provocar incluso cambios físicos, no es ya una utopía es simplemente locura.

Ahora me estoy acordando de Icaria...pero esa es otra historia para otra tarde de domingo en la que se me vaya la olla...

Feliz semana...que yo estoy en plena cuenta atras de mi proximo viaje a Egipto del cual daré puntual noticia en el blog de egyptaja.