viernes, 26 de marzo de 2010

Los Idus de Marzo...y el Ictus maldito.


Marzo es un mes de alteraciones, tanto anímicas como meteorologicas. Las personas andamos revolucionadas y la Tierra también. Y de todo eso no puede salir nada bueno. Después de 26 días aun no se ha despejado el firmamento.

En estos días pasados necesitaba tener la mente ocupada en algo, la lectura siempre es una salvación, pero no cualquier lectura. Si es complicada la mente no se concentra, si es muy liviana nos da algo de vergüenza la diversión o el placer que esa lectura nos pueda producir.

Un libro perdido en una estantería de casa me fue de gran ayuda; relatos cortos y, lo mejor, muy humanos.

"Mientras me estremecía en la urgencia de lo posible, mis comodidades y mis rutinas me abandonaron. Empecé a notar el aire que me rodeaba. Aquel aire me conocía, tenía el calor de mi propia voz. Una vez a cubierto, me quedé quieta. Recogí palabras sencillas y luminosas del frío que me atenazaba las tripas. Vinieron nadando hacia mi y se metieron solas en la red. ".

Esto lo escribió Ameni Rozsa, una de tantas personas que enviaron un relato corto a Paul Auster, y él hizo con esas anónimas aportaciones un libro.

Y la verdad en ese corto párrafo esta relatada toda la angustia que he sentido estos días.