Bueno...se me había casi olvidado que tenía este lugar...mi querida Gruta.
En los últimos tiempos mi vida ha hecho un gran cambio. Pero como dice el refrán: No hay mal que cien años duros, ni cuerpo que lo aguante. Por lo tanto la vida sigue y la mía mas que ninguna que por algo es mía.
Egipto y su antigua historia siguen vivos en mi corazón, leo...leo y vuelvo a leer y eso es alimento para el alma. Y para el cuerpo los caballos, al fin he podido hacer realidad un antiguo sueño aparcado en el fondo del baúl de mi vida y puedo dedicarme a disfrutar, no todo lo que yo quisiera, de ellos en mis tiempos libres.
Ilca entró con fuerza, testarudo, resabiado y mas listo que el hambre pero todo un señor de las pistas; tenía un mal porvenir hace algo mas de un año...pero nuestros destinos se cruzaron y ahora está, a pesar de sus 20 años, en una segunda juventud. Fuerte, orgulloso y con ganas de hacer lo que tan bien sabe: SALTAR.
Estos fueron nuestros comienzos en una hípica privada de Argentona. El caballo se veía tristón y algo flaco.
Luego, a principios de este año, y ya en la hípica Castellar, empezó a volver por sus fueros. Aquí está saltando, montado por mi amiga Sandra y bajo la supervisión de nuestro profe Jorge Montiel.
Y en la actualidad...haciendo carreras con su compañero Nestor de Mais...y ganando...
Gracias Ilca...
