
Creo que será cosa del calor, fijo.
Y ese calor produce alucinaciones, pensamientos raros, espejismos, fijo.
Y pereza, dios...mucha pereza.
Se impone el descanso, la reflexión, la lectura calmada, el abanico y el refresco...y a poder ser bajo una sombra acogedora o a la vera del mar, fijo es el calor que me nubla la razón...pero visto y leído lo que hay que ver y leer ...no soy la única.
Pues aun sin la maleta por ordenar me vuelvo a marchar. Ya volveré, siempre vuelvo, al menos eso espero.
Voy a tumbarme a la Bartola y tratar de no pensar. Que eso si es un lujazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario