domingo, 28 de septiembre de 2008

Orejas-Oido-Escuchar


Con una sonrisa de oreja a oreja...así es como me he quedado después de ver el gran premio de F1 de Singapur...si, de oreja a oreja.

Pero oído al parche con las orejas, son ellas un símbolo increíble de nuestra propia decadencia. Cuando un@ un buen día se mira al espejo y piensa: No se, hay algo raro en mi cara, se pone las gafas para ver mas de cerca y, después del susto pertinente al darte cuenta de la cosa es peor de lo que parecía, te das cuenta que efectivamente algo ha cambiado en tu rostro; te miras de perfil, haciendo juegos malabares con el espejo de mano y el ídem del baño o del tocador, y de das cuenta que de forma imperceptible pero imparable tus orejas son algo mas grandes de lo que recordabas.

Si, queridos amigos, las orejas crecen. Es mas es el único miembro u apéndice de nuestro cuerpo que no para de crecer hasta el día de nuestra desaparición definitiva, vamos hasta que estiramos la pata.

Pero claro para darse cuenta de este fenómeno, que es símbolo de nuestros años consumidos, hay que haberlos vivido antes, y la verdad es algo que no deja de llenarte de satisfacción, al menos a mi me la produce, percatarse primero de ese ligero crecimiento y poder ir año tras año asistiendo a su alargamiento... pues la verdad es muy gratificante.

Claro que si en su juventud hay alguien que ya es ligeramente orejud@ la perspectiva de convertirse en una especie de Dumbo humano, a copia de sumar años, no creo que le resulte muy alegre...pero que piense que menos alegre es no llegar a tener esas orejas.
Curiosidades y fenómenos poco conocidos de la naturaleza humana estos del crecimiento orejil. Dicen algunos tratados médicos que la Naturaleza es muy sabia, y en su sabiduría a medida que decrece nuestra facultad de oír crece el pabellón auditivo para de alguna manera intentar compensar, con una mayor superficie exterior lo que perdemos en nuestro interior.

Afortunadamente esa sabiduría natural solo se ha preocupado por las orejas y no otros apendices. Imaginense ustedes el problema que acarrearía el hecho de que siguieran creciendo algunos lugares o casas de nuestro cuerpo para ir compensado su capacidad funcional perdida...

Los antiguos egipcios en su suprema sabiduría dedicaban a su dios unas tablillas con orejas, muchas orejas, orejas de todos los tamaños, y cuanto mas grandes mejor...para tener la certeza de que sus plegarias eran escuchadas y sus peticiones atendidas. Incluso en el exterior de sus templos había un lugar con unas orejas enormes pintadas en los muros o esculpidas , dando a entender que en ese lugar el dios oia mucho mejor.

Pues nada: de oreja a oreja mi sonrisa, primero por la victoria de Alonso y segundo por constatar que el crecimiento de mis orejas ha comenzado.

La foto la he sacado de: amigos de la egiptología.

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