lunes, 13 de octubre de 2008

La venda


Poner una venda en los ojos de los caballos, que se utilizan para picar a los toros, es mas que comprensible. Ningún caballo en su sano juicio, y sin una doma adecuada, se quedaría estático ante la impetuosa embestida de un toro de lidia, mas bien pondría tierra de por medio. Desde siempre los caballos que se utilizan en ese cruel espectáculo, me han producido una especial ternura; son caballos desechados, viejos y enfermos muchas veces que merecerían una mejor suerte para el fin de sus días.
El terror que se desprende de todo su ser se hace evidente y palpable por el sudor que brota por cada poro de su piel; el resoplar incontrolado, los ollares dilatados por los que el olor del toro llega a su cerebro le están indicando un peligro y la huida es la respuesta inmediata...solo el no ver, el no poder iniciar esa huida es lo que le paraliza...y algunas veces la confianza en quien le monta y que de forma inmisericorde tira de las riendas.

La venda en los ojos cuando es real, es decir cuando esa venda nos impide ver un peligro como en el caso del caballo, es fácil de neutralizar, simplemente con quitársela se recupera la autentica visión de lo que tenemos a nuestro alrededor. Lo malo empieza cuando la venda es interior, y no somos concientes al peligro que nos acecha. Son vendas aceptadas, es decir que damos por bueno lo que de forma virtual se nos ofrece por una razón muy sencilla: esa oferta se acomoda a nuestras necesidades.

Naturalmente estoy hablando de las amistades virtuales, amistades que en muchas ocasiones se convierten en una necesidad casi patológica creando una dependencia afectiva. Hay en mi entorno alguna que otra víctima de ese vendaje virtual, en principio la cosa no parece demasiado grave, o mejor dicho parecía, pero ultimamente la cosa si es grave o al menos a mi me lo parece.

Pero, claro...cuando la persona interesada cree a pies juntillas en el motivo de su ceguera, y es el/la ultim@ de darse cuenta de la misma...¿Quien es el que le saca de un manotazo esa venda?.

Que triste es comprobar por un lado que las primeras impresiones siguen siendo las buenas, de que los barnices buenistas duran mas bien poco, de que los amores a distancia son mas interesados que interesantes, de que hay muy mala fe y mucha manipulación, de que hay much@ lagart@ suelto que solo buscan su beneficio.

Pero jugar con dos barajas a la vez, o mas, suele ser tarea difícil y que siempre habrá un fallo...que lleva a otro y a otro ... pero claro, mientras esos fallos no se hacen evidentes y la venda no cae... el daño será cada vez mas profundo.

Donde este un buen cara a cara y una buena conversación que se quiten todas las milongas pseudoromanticoides y demás memeces.

Y ahora...¿Quien le pone el cascabel al gato?.

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